Cuando descorchamos un buen vino estamos provocando un sentimiento de algo bueno. Cuando lo servimos en la copa comenzamos a disfrutar de su presencia, – aromas, sabores, colores…,- y otras muchas cosas que compartimos con los amigos. Parece como si el tiempo se relajara y nuestras ganas de pasarlo bien corrieran por las mesas. Eso queremos que pase cuando nos acompañáis en las catas y posteriormente, cuando en vuestras casas los ofrecéis a vuestros invitados y amigos. Con los seis vinos que componen esta selección seguro que nuestros y vuestros objetivos se cumplen. ¡Larga Vida al Vino!